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Acerca de la historia: Sherlock Holmes: El Caso de la Sombra Carmesí es un Historical Fiction de united-kingdom ambientado en el 19th Century. Este relato Dramatic explora temas de Justice y es adecuado para Adults. Ofrece Entertaining perspectivas. Una fascinante historia de misterio y justicia en el Londres del siglo XIX.
Sherlock Holmes: El Caso de la Sombra Carmesí
Capítulo 1: Un Visitante Misterioso
Las brumosas calles de Londres eran un refugio para secretos y sombras. Las farolas de gas parpadeaban, proyectando resplandores inquietantes sobre los caminos adoquinados. Dentro de los acogedores confines del 221B de Baker Street, Sherlock Holmes se sentaba en su sillón, con sus ojos acerados fijos en el fuego.
—Otra noche tranquila, Watson —comentó, dando una larga calada a su pipa.
El Dr. John Watson, absorto en su revista médica, levantó la mirada y sonrió. —En efecto, Holmes. Casi demasiado tranquila.
Su pacífica velada fue interrumpida bruscamente por un fuerte golpe en la puerta. La señora Hudson, su casera, entró en la habitación con una expresión de preocupación.
—Un caballero desea verlo, señor Holmes —anunció.
Holmes asintió y, un momento después, un hombre alto, bien vestido y con una expresión angustiada entró en la habitación.
—Señor Holmes, Dr. Watson, necesito su ayuda —comenzó, apretando nerviosamente sus manos.
—Por favor, tome asiento —gesticuló Holmes—. Y cuéntenos su historia.
—Mi nombre es Sir Edward Mallory. Mi hermana, Lady Clara Mallory, ha desaparecido en circunstancias extrañas —dijo, con la voz temblorosa.
Holmes se inclinó hacia adelante, su interés despertado. —Cuéntenos todo desde el principio, Sir Edward.
Capítulo 2: La Desaparición
Sir Edward respiró hondo y comenzó su relato. —Clara y yo hemos vivido en nuestra finca familiar en Sussex durante años. Hace dos semanas, recibió una carta de un viejo conocido, el señor Reginald Carlisle, invitándola a una cena en su mansión. Clara decidió asistir, a pesar de mis reservas sobre la reputación de Carlisle.
Holmes levantó una ceja. —¿Y cuál es la reputación del señor Carlisle?
—Se sabe que se relaciona con personajes dudosos y se rumorea que está involucrado en diversas actividades ilícitas —respondió Edward.
Holmes asintió, indicando que continuara.
—Clara se fue a la cena y nunca regresó. Fui a la mansión de Carlisle al día siguiente, pero él afirmó que ella nunca llegó. Reporté su desaparición a la policía, pero no han encontrado pistas. Señor Holmes, temo que algo terrible le ha sucedido.
Holmes se puso de pie y caminó por la habitación, pensativo. —Watson, prepárate para un viaje a Sussex. Sir Edward, lo acompañaremos a su finca de inmediato.

Capítulo 3: La Hacienda
El viaje a Sussex fue rápido. La hacienda Mallory era una antigua y grandiosa mansión, rodeada de exuberantes jardines que parecían inquietantemente silenciosos. Al acercarse, Holmes observó cada detalle con sus ojos agudos.
—Observa la rama rota junto a la puerta, Watson —murmuró—. Alguien se fue con prisa.
Dentro de la hacienda, Sir Edward los condujo a la habitación de Clara. Estaba ordenada y pulcra, sin señales de lucha. Holmes examinó sus pertenencias y encontró una carta medio escrita sobre su escritorio.
—Mi más querido Edward, tengo un presentimiento de inquietud sobre la cena de esta noche. Hay algo acerca de Carlisle...
Holmes guardó la carta en su bolsillo y se volvió hacia Watson. —Debemos visitar la mansión de Carlisle.
Al salir de la hacienda, Holmes divisó huellas recientes cerca del jardín. —Alguien estuvo aquí recientemente, vigilando la casa.

Capítulo 4: La Mansión de Carlisle
La mansión del señor Reginald Carlisle contrastaba marcadamente con la hacienda Mallory. Era oscura e imponente, con un aire de abandono. Holmes y Watson se acercaron a la puerta y llamaron con firmeza.
Un mayordomo respondió, con una expresión severa. —El señor Carlisle no está recibiendo visitas.
Holmes mostró su insignia de detective. —Esto es una investigación. Debemos hablar con el señor Carlisle.
El mayordomo, a regañadientes, los dejó entrar, conduciéndolos a un estudio iluminado tenuemente donde Carlisle estaba sentado detrás de un gran escritorio.
—Señor Holmes, Dr. Watson, ¿a qué debo el honor de esta visita? —preguntó Carlisle con una sonrisa burlona.
—Estamos aquí por la desaparición de Lady Clara Mallory —dijo Holmes, con una mirada penetrante.
Carlisle fingió ignorancia. —Como le dije al señor Edward, ella nunca llegó.
Holmes estudió el rostro de Carlisle, notando el leve tic en su ojo. —Lo veremos. ¿Podemos inspeccionar la propiedad?
Carlisle dudó, pero finalmente asintió. —Adelante.
Holmes y Watson registraron la mansión sin encontrar nada de interés inmediato hasta que llegaron al sótano. El olor a humedad y descomposición llenaba el aire. Los ojos de Holmes se entrecerraron al detectar una trampilla parcialmente escondida bajo una alfombra.

Capítulo 5: La Cámara Oculta
Holmes levantó la trampilla, revelando una estrecha escalera que descendía hacia la oscuridad. —Watson, mantente cerca.
Las escaleras llevaban a una pequeña cámara iluminada débilmente. En el centro había una celda improvisada, y dentro de ella, una mujer yacía inconsciente.
—¡Clara! —La voz de Sir Edward resonó mientras corría hacia ellas, arrodillándose al lado de su hermana.
Holmes examinó rápidamente a Clara. —Está viva, pero necesitamos llevarla a un médico.
Watson administró los primeros auxilios lo mejor que pudo, y cuidadosamente cargaron a Clara fuera de la mansión. Carlisle observaba desde la puerta, con una expresión de enojo y miedo en su rostro.
—Esto no ha terminado, Carlisle —advirtió Holmes—. Volveremos.
Capítulo 6: El Desenlace
De regreso en la hacienda Mallory, Clara recobró la conciencia. Estaba débil, pero logró contar su historia.
—Carlisle me drogo en la cena —susurró—. Me desperté en esa horrible celda. No paraba de preguntar sobre las joyas de nuestra familia, la Sombra Carmesí.
Los ojos de Holmes brillaron con comprensión. —La Sombra Carmesí, un raro rubí que se rumorea vale una fortuna. Carlisle lo quería para sí mismo.
Sir Edward asintió. —Ha estado en nuestra familia durante generaciones. Clara lo llevaba la noche en que desapareció.
Holmes se dirigió a Watson. —Debemos informar al inspector Lestrade. Carlisle debe ser llevado ante la justicia.

Capítulo 7: Confrontación
El inspector Lestrade acompañó a Holmes y Watson de regreso a la mansión de Carlisle. Esta vez, encontraron el lugar desierto. Carlisle había huido.
—Está prófugo —dijo Holmes—. Pero no llegará muy lejos.
Registraron la mansión a fondo, encontrando compartimentos ocultos y documentos que revelaban las actividades criminales de Carlisle. Estaba claro que había estado planeando este golpe durante años.
—Necesitamos rastrear a sus asociados —concluyó Holmes—. Ellos nos llevarán hasta él.

Capítulo 8: La Persecución
La caza de Carlisle llevó a Holmes, Watson y Lestrade al submundo de Londres. Interrogaron a informantes, siguieron pistas y descubrieron una red de criminales todos conectados con Carlisle.
Una noche, un informante proporcionó una pista crucial. —Carlisle planea huir del país. Tiene un escondite en los muelles.
Holmes y su equipo corrieron hacia los muelles, donde encontraron a Carlisle preparándose para abordar un barco. Se produjo un enfrentamiento tenso, pero finalmente Carlisle fue aprehendido.

Capítulo 9: Justicia
Con Carlisle bajo custodia, Holmes y Watson regresaron a Baker Street. Sir Edward y Lady Clara los visitaron para expresar su gratitud.
—Han salvado a mi hermana y el honor de nuestra familia —dijo Sir Edward, estrechando la mano de Holmes.
Holmes sonrió levemente. —Es lo que hacemos, Sir Edward.
Mientras los Mallory se iban, Watson se dirigió a Holmes. —Otro caso cerrado, amigo mío.
Holmes asintió. —En efecto, Watson. Pero siempre habrá más misterios por resolver.

Capítulo 10: Reflexión
Esa noche, mientras el fuego crepitaba en la chimenea, Holmes y Watson reflexionaron sobre el caso.
—La Sombra Carmesí sigue siendo un símbolo de codicia y corrupción —murmuró Holmes—. Pero al final, la justicia prevalece.
Watson alzó su copa. —Por la justicia y por el gran detective que nunca descansa.
Holmes chocó su copa con la de Watson. —Por las aventuras que aún están por venir, mi querido Watson.
Mientras se sentaban en cómodo silencio, la niebla afuera se espesaba, envolviendo a Londres una vez más en su misterioso abrazo.