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La Tortuga y los Gansos (colección Kalila y Dimna)
Tanu experiences the exhilaration of flight, carried by his friends, the geese, over a village.

Acerca de la historia: La Tortuga y los Gansos (colección Kalila y Dimna) es un Fable de iran ambientado en el Ancient. Este relato Descriptive explora temas de Wisdom y es adecuado para All Ages. Ofrece Moral perspectivas. La búsqueda de una tortuga por volar la lleva a una lección humildemente reveladora sobre el orgullo.

Érase una vez, en un bosque exuberante y vibrante, vivía una tortuga llamada Tanu. Tanu era sabio, pero también tenía una vena de arrogancia, creyendo que su sabiduría lo hacía superior a los demás animales. Vivía cerca de un sereno y claro estanque que era hogar de muchas criaturas, incluyendo a dos gansos, Gagan y Gaurav. Los tres eran amigos cercanos, a menudo participando en largas conversaciones sobre la vida, el bosque y mucho más.

Un día, mientras hablaban junto al estanque, los gansos mencionaron su próxima travesía hacia un lago lejano. La tortuga, curiosa e intrigada, preguntó: “¿Cómo es volar? ¿Qué ven desde allá arriba?”

Gagan, agitando suavemente sus alas, respondió: “El mundo se ve vasto y hermoso desde el cielo, Tanu. Puedes ver montañas, ríos y extensiones interminables de verdes bosques.”

Una chispa de deseo encendió el corazón de Tanu. Anhelaba ver el mundo desde arriba. “Desearía poder volar también y ser testigo de la belleza que describes,” dijo con un suspiro.

Gaurav, el más sabio de los dos gansos, pensó por un momento y luego dijo: “Es un deseo peligroso, Tanu. No estás hecho para volar. Pero si realmente lo deseas, tal vez podamos ayudarte.”

Los ojos de Tanu brillaron de esperanza. “Dime, ¿qué tengo que hacer?” preguntó ansiosamente.

“Podríamos llevarte entre nosotros sosteniendo un palo con nuestros picos. Pero debes prometer no abrir la boca durante el vuelo, o caerás,” explicó Gaurav.

Tanu aceptó sin dudar, su mente ya llena de imágenes de cómo surcaría los cielos. Buscaron un palo fuerte, y Tanu lo apretó firmemente con su mandíbula en el centro mientras los gansos se agarraban de cada extremo con sus picos.

Con poderosos aleteos, Gagan y Gaurav despegaron del suelo, y Tanu sintió la emocionante sensación de elevarse en el aire. El bosque debajo se encogió, y la vasta extensión del mundo se desplegó ante él. Era aún más magnífico de lo que había imaginado.

Mientras volaban sobre una aldea, la gente miró hacia arriba asombrada ante la inusual vista. Tanu pudo escuchar sus murmullos de asombro y sintió un aumento de orgullo. Quería gritarles, decirles que era él, Tanu, volando como un pájaro. Pero recordó la advertencia de Gaurav y mantuvo la boca cerrada.

Continuaron su viaje, y pronto estaban volando sobre otra aldea. Esta vez, un grupo de niños los vio y comenzó a señalar y gritar emocionados. El orgullo de Tanu se infló aún más. ¡Qué deseaba presumir de su nueva habilidad!

Pero entonces, una idea le cruzó la mente: ¿y si no se daban cuenta de que era él, el sabio y magnífico Tanu? Su deseo de hablar y mostrar su logro creció más fuerte, y comenzó a olvidar la promesa que había hecho.

Gagan y Gaurav notaron la lucha de Tanu y aletearon más fuerte, esperando llegar rápidamente a su destino. Pero el orgullo de Tanu pudo más. Mientras volaban sobre otra aldea, ya no pudo contenerse.

“¡Mírenme!” trató de gritar, pero tan pronto como abrió la boca, soltó el palo. Tanu cayó en picada hacia el suelo, su cuerpo girando incontrolablemente. Cayó con un golpe, y todo se tornó negro.

Cuando recuperó el conocimiento, se encontró tumbado en un suave lecho de musgo, con los gansos de pie sobre él, preocupados y con el ceño fruncido.

“Tanu, ¿estás bien?” preguntó Gagan.

Tanu gimió y trató de moverse, pero sintió un dolor agudo en las piernas. Miró a sus amigos, la vergüenza llenando sus ojos. “No... no pude resistir. Quería que supieran que era yo,” confesó.

Gaurav sacudió la cabeza con tristeza. “El orgullo siempre precede a una caída, Tanu. Te advertimos, pero dejaste que tu arrogancia te dominara.”

Tanu asintió, con lágrimas de arrepentimiento acumulándose. “Lo siento. Debería haber escuchado.”

Los gansos ayudaron a Tanu a regresar a su estanque, donde se recuperó lentamente durante las siguientes semanas. Los otros animales del bosque se enteraron de su caída y la lección que traía. Tanu, aunque seguía siendo sabio, se volvió más humilde, dándose cuenta de que la verdadera sabiduría radica en entender los propios límites y escuchar buenos consejos.

Los gansos continuaron visitándolo, y su amistad se volvió más fuerte. Tanu a menudo compartía su historia con otros, enfatizando los peligros del orgullo y la importancia de la humildad.

Y así, la historia de la tortuga que intentó volar se difundió ampliamente, enseñando a muchos el valor de la sabiduría y la humildad. El sueño de Tanu de volar se había cumplido, pero el precio que pagó sirvió como recordatorio de que no todos los deseos deben ser seguidos, especialmente a expensas del propio bienestar.

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