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Acerca de la historia: La bruja del Untersberg es un Legend de austria ambientado en el Medieval. Este relato Dramatic explora temas de Courage y es adecuado para Adults. Ofrece Moral perspectivas. Una inquietante historia de misterio, decisiones y los secretos de la legendaria montaña de Austria.
Ascendiendo como un titán solitario desde las ondulantes colinas de Austria, el Untersberg proyecta su sombra sobre los valles circundantes, sus imponentes picos envueltos en niebla. Para los lugareños, la montaña es una paradoja: un lugar de belleza y amenaza. Leyendas se entrelazan entre sus bosques y resuenan en sus cavernas, susurradas en tabernas y alrededor de hogares. De todos estos relatos, ninguno es tan perdurable ni tan temido como la leyenda de la Bruja del Untersberg.
Dicen que ella ha vivido allí durante siglos, guardando sus secretos y poniendo a prueba el valor de quienes los buscan. Su nombre es un hilo en el tapiz de la historia de la región, uniendo el pasado y el presente. Esta es su historia, un cuento de miedo, anhelo y una montaña que parece respirar con vida propia.
Los Susurros de la Montaña
El pueblo de Hintergrün yacía enclavado al pie del Untersberg. Sus modestas casas, construidas de madera y piedra, eran ensombrecidas por la imponente montaña, y la vida allí transcurría al ritmo de las estaciones. Para los aldeanos, la montaña era a la vez dadora y tomadora. Sus arroyos proporcionaban agua, sus bosques leña, pero su sombra llevaba un aire de presagio.
“Manténganse alejados de las cuevas,” advertían las madres a sus hijos. “Y nunca se alejen demasiado al anochecer.”
Lukas era uno de esos niños, aunque ya no era joven. Pastor de oficio, pasaba la mayor parte de sus días cuidando a su rebaño en los pastizales cerca del borde del bosque. La vida le había sido amable de pequeñas maneras: su hija Lena era su alegría, y su hogar era humilde pero acogedor. Sin embargo, Lukas a menudo se encontraba mirando el Untersberg, como si le llamara.
El llamado se hizo más fuerte cuando llegó un extraño a Hintergrün. Era un anciano, vestido con una capa raída, con ojos agudos a pesar de sus años. Hablaba de cosas que pocos se atrevían a mencionar.
“La montaña oculta más que roca y nieve,” les dijo a los aldeanos reunidos en la posada. “Hay puertas dentro de ella, umbrales a otros reinos. Y ella las guarda.”
“¿Quién?” preguntó alguien.
“La Bruja del Untersberg.”
El nombre cayó como una piedra en un estanque silencioso.
La Carta
Dos semanas después, Lukas encontró la carta. Estaba esperando en su puerta, aunque nadie en el pueblo afirmó haberla entregado. El pergamino era liso y pálido, la escritura elegante y desconocida.
*Para Lukas, Pastor de Hintergrün,
La montaña te observa, como ha observado a muchos antes que tú. Ven al camino oculto bajo la luna llena. Allí, tus preguntas encontrarán respuestas.*
Al principio, Lukas pensó que era una broma cruel. Se la mostró a Lena, quien insistió en que la ignorara. Pero con el paso de los días, sintió una atracción más fuerte de lo que jamás había conocido.
Cuando la luna llena se alzó, Lukas tomó su decisión. Tomando su linterna y su bastón, se dirigió hacia la base de la montaña. Los aldeanos susurraron al verlo partir, sus ojos llenos de preocupación.

El Camino Oculto
El aire nocturno era fresco, y la luna pintaba el bosque de plata. Mientras Lukas seguía el sendero, notó lo callado que se había vuelto todo. Sin pájaros, sin hojas susurrando—solo el sonido de sus botas crujiendo sobre la tierra.
Llegó a la base de la montaña, donde los árboles daban paso a rocas escarpadas. Por un momento, pensó que la carta había mentido. Pero luego, mientras su linterna barría el suelo, lo vio: un estrecho sendero, oculto bajo una maraña de enredaderas.
Empujando a través, se encontró ante la entrada de una cueva. El agua caía sobre su boca, formando una cortina brillante. Lukas dudó, pero la atracción en su pecho lo impulsó a avanzar.
Dentro, el aire era húmedo y frío. La linterna proyectaba sombras titilantes en las paredes, y el sonido del agua resonaba infinitamente. A medida que se adentraba más, una luz extraña comenzó a brillar adelante.
La Bruja
La caverna se abría en una vasta cámara, cuyas paredes brillaban con cristales que parecían emitir un leve zumbido. En el centro se encontraba una mujer vestida de negro, con el cabello plateado cayendo sobre su espalda. Se giró cuando él se acercó, sus ojos como oro fundido.
“Has venido,” dijo, su voz resonando en el aire.
Lukas sintió su garganta seca. “¿Eres… la Bruja?”
Ella sonrió levemente. “Algunos me llaman así. Otros me llaman guardiana, maldición o salvadora. Lo que importa es por qué estás aquí.”
“No lo sé,” admitió Lukas. “Tu carta—”
“Fue una convocatoria, sí,” la interrumpió. “Has sido elegido, Lukas. La montaña ha considerado que eres digno de su regalo. Pero todo regalo tiene un precio.”
“¿Qué tipo de regalo?” preguntó, su voz apenas un susurro.
Su mano se movió, y un anillo apareció en su palma. Era de plata, grabado con símbolos que parecían moverse y retorcerse.
“Este anillo te otorgará una visión más allá de la vista. Conocerás lo que otros no pueden, verás lo que otros pasan por alto. Pero también te atará a la montaña. Nunca podrás hablar de lo que sabes, y deberás proteger los secretos que revela.”
El Regreso
Cuando Lukas despertó, estaba acostado en la hierba suave al pie de la montaña. El sol estaba saliendo, su luz dorada y cálida. El anillo estaba en su dedo, su peso tanto reconfortante como ominoso.
Regresó al pueblo, donde la gente lo recibió con alivio y curiosidad. Solo les dijo que se había perdido y pasó la noche en el bosque. Aceptaron su historia, pero Lukas sintió que sus miradas se detenían en él más de lo habitual.
Con el tiempo, comenzó a comprender el poder del anillo. Podía prever el clima antes de que llegara, predecir los movimientos de su rebaño e incluso ver destellos de eventos aún por suceder. Los aldeanos se maravillaban de su nueva sabiduría, aunque nunca lo cuestionaban abiertamente.

Los Extraños
Una noche de invierno, un grupo de extraños llegó a Hintergrün. Afirmaban ser estudiosos, pero sus preguntas sobre el Untersberg eran demasiado inquisitivas, su interés demasiado intenso. Lukas percibió problemas de inmediato.
“Deben dejar la montaña en paz,” les dijo. “No está destinada a ser entendida.”
Se rieron de él. “Es solo una montaña,” dijo uno. “Tienes miedo de las sombras.”
El grupo partió a la mañana siguiente, armados con cuerdas y linternas. Pasaron los días, y luego comenzaron los gritos. Resonaban desde la montaña, helando a los aldeanos hasta los huesos. Un equipo de búsqueda solo encontró su equipo abandonado.
La Decisión Final
Una noche, mientras Lukas se sentaba solo junto al fuego, el anillo en su dedo comenzó a brillar. La voz de la bruja llenó su mente, suave pero autoritaria.
“El momento ha llegado, Lukas. Has protegido bien la montaña, pero tu tarea aún no está completa. ¿Permanecerás en el pueblo, o te unirás a mí y te convertirás en un verdadero guardián del Untersberg?”
Lukas sintió el peso de sus palabras. Dejar su hogar, a su hija, su vida—era impensable. Sin embargo, en el fondo, sabía que su destino estaba con la montaña.
Subió al Untersberg una última vez, desapareciendo en sus nieblas.

Epílogo
Lukas nunca volvió a ser visto, pero su legado perduró. El pueblo floreció, y las historias de la Bruja del Untersberg se enriquecieron con cada narración. Algunos dicen que Lukas se convirtió en uno con la montaña, un protector silencioso. Otros afirman que se unió a la bruja, su alma ligada a la de ella.
Cualquiera que sea la verdad, el Untersberg sigue siendo un lugar de misterio, sus secretos guardados por aquellos lo suficientemente valientes—o necios—como para buscarlos.
